El amor no hace nunca preguntas, porque si empezamos a pensar empezamos a tener miedo. Es un miedo inexplicable, y no vale la pena intentar traducirlo en palabras. Puede ser el miedo al desprecio, a no ser aceptado/a, aquebrar el encanto. Parece ridiculo, pero es así. Por eso no se pregunta: se actúa. Como tú mismo has dicho tantas veces, se corren los riesgos.-Lo sé. Nunca había preguntado.
-Ya tienes mi corazón. Mañana puedes partir, y recordaremos siempre el milagro de estos días; el amor romántico, la posibilidad, el sueño. A ORILLAS DEL RÍO PIEDRA ME SENTÉ Y LLORÉ.
(Paulo Coelho)