
"Contempla las cosas compuestas de causas
como si fueran estrellas centelleantes, fantasías divisadas con ojos enfermos,
como la luz parpadeante de un quinqué, como ilusiones mágicas,
rocío, burbujas, sueños, relámpagos y nubes".
como si fueran estrellas centelleantes, fantasías divisadas con ojos enfermos,
como la luz parpadeante de un quinqué, como ilusiones mágicas,
rocío, burbujas, sueños, relámpagos y nubes".
...Todo ser vivo -independientemente del tiempo que viva- al final ha de morir. No hay otro camino. Una vez que moramos en la existencian cíclica, no podemos vivir fuera de nuestra naturaleza. Por muy bien que nos vayan las cosas, es parte de su naturaleza que tanto ellas como nosotros al final nos deterioremos. Como dijo Buda: "Daos cuenta de que el cuerpo carece tanto de permanencia como una vasija de barro".

La buena fortuna no es permanente; por consiguiente, es peligroso aferrarse demasiado a que las cosas nos vayan bien. Toda visión de permanencia es destructiva. Cuando el presente se convierte en nuestra preocupación, el futuro no importa, lo que debilita nuestra motivación para dedicarnos a prácticas compasivas destinadas a la futura iluminación de otros. Por el contrario, la visión de falta de permanencia proporciona la motivación adecuada.
No solo hemos de morirnos algún día sino ignoramos cuándo ha llegado el final. Debemos hacer lo necesario para que, incluso si morimos esta noche, no tengamos de qué lamentarnos. Si nos hacemos más conscientes de la inminente muerte, sentimos con más fuerza la importancia de utilizar el tiempo sabiamente.

La buena fortuna no es permanente; por consiguiente, es peligroso aferrarse demasiado a que las cosas nos vayan bien. Toda visión de permanencia es destructiva. Cuando el presente se convierte en nuestra preocupación, el futuro no importa, lo que debilita nuestra motivación para dedicarnos a prácticas compasivas destinadas a la futura iluminación de otros. Por el contrario, la visión de falta de permanencia proporciona la motivación adecuada.
No solo hemos de morirnos algún día sino ignoramos cuándo ha llegado el final. Debemos hacer lo necesario para que, incluso si morimos esta noche, no tengamos de qué lamentarnos. Si nos hacemos más conscientes de la inminente muerte, sentimos con más fuerza la importancia de utilizar el tiempo sabiamente.
Como dice Nagarjuna en su "La guinarlda preciosa de consejos":
Vives en medio de las causas de la muerte
como una lámpara en medio de la brisa.
Habiendo abandonado toda tus posesiones,
al morir, impotente, has de ir a otro lado,
pero todo lo que hayas empleado en la práctica espiritual
te precederá como buen karma.
Vives en medio de las causas de la muerte
como una lámpara en medio de la brisa.
Habiendo abandonado toda tus posesiones,
al morir, impotente, has de ir a otro lado,
pero todo lo que hayas empleado en la práctica espiritual
te precederá como buen karma.