jueves, 17 de septiembre de 2009

Definición del Místico.



La mística (del verbo griego myein, "encerrar", de donde mystikós, "cerrado, arcano o misterioso") designaría un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas (cristianismo, islamismo, judaísmo), así como en algunas politeístas (hinduismo); algo parecido también se muestra en religiones que más bien son filosofías, como el budismo, donde se identifica con un grado máximo de perfección y conocimiento.

“Treinta rayos convergen en el cubo de una rueda, pero es de su vacío que depende la utilidad del carro.
Modelando la arcilla se hacen vasijas, pero es de su vacío que depende la utilidad de la vasija.
Se horadan puertas y ventanas para hacer una habitación, pero es de su vacío que depende la utilidad de la habitación.

En consecuencia, así como nos beneficiamos con lo que es, debemos reconocer la utilidad de lo que no es.”
(Tao Te King, XI. Lao Tsé.- s. III a.C).


El misticismo descansa en la idea panteista de la divinidad. Es posible alcanzar la conciencia del todo, o al menos tener experiencias subjetivas que evocan esta condición excelsa, si la conciencia divina impregna todo, o, lo que es lo mismo, si todo es "Dios."



A mediados del siglo III d.C., el filósofo Plotino, en su célebre tratado Eneadas, escribió: “Frecuentemente me despierto a mí mismo huyendo de mi cuerpo. Y, ajeno entonces a todo lo demás, dentro ya de mí mismo, contemplo, en la medida de lo posible, una maravillosa belleza. Creo sobre todo, en ese momento, que me corresponde un destino superior, ya que por la índole de mi actividad alcanzo el más alto grado de vida y me uno también al ser divino, situándome en él por esa acción y colocándome incluso por encima de los seres inteligibles…”

El místico mira hacia su interior y se aisla del mundo de las apariencias. Adquiere un conocimiento esencial de sí mismo. Al acceder a ese mundo invisible, se amplia su percepción y se vuelve uno con el infinito. Es una vivencia trascendente y atemporal. Una experiencia de lo inefable. Algo imposible de traducirlo en palabras. Es, según Aldous Huxley, “la mente en toda su amplitud”…